La oficina del jefe de Gabinete provincial, Alberto Pérez, rebalsa de merchandising. Hay cajas apiladas con anotadores, remeras, gorras, fixtures del mundial y más objetos que lentamente están siendo distribuidos entre los «amigos» de la política. Todos esos objetos tienen una particularidad: poseen inscrito «Scioli 2011». La entrega y recepción del souvenir se completa entre risas y chicanas, aunque con dudas de los correligionarios. Y es lógico, al menos hasta que el gobernador bonaerense no defina a qué va a jugar el año próximo.