Con la tormentosa relación que lleva con el Congreso, Cristina Kirchner se ha dispuesto -casi sin otro remedio- a gobernar durante 2011 sin el presupuesto avalado por el parlamento. Al igual que en otros temas -pago de deuda con reservas, por ejemplo- será difícil que ambas cámaras manifiesten acuerdo en una asignatura tan sensible como es el presupuesto para 2011. Por eso, y como en tantas otras oportunidades, la Presidenta hará oídos sordos a lo protocolar -y a las críticas- y ya le encomendó a Carlos Zanini y los suyos trabajar en el marco legal necesario para gobernar sin presupuesto. Para ello, se supo, usarán como referencia el presupuesto vencido, algo ya hecho por el gobierno de Raúl Alfonsín, y esperar que a fin de año se apruebe lo ya utilizado en ese período.