Comerciantes del barrio chino de Belgrano protestaron con un cacerolazo y el cierre de sus negocios por sentirse víctimas de supuestas acciones discriminatorias por parte de la Asociación Civil Vecinos de Belgrano. Esa entidad, junto con la Asociación de Fomento Barrio Parque General Belgrano y Nuevo Belgrano, habían definido el barrio como «un sitio donde reina el descontrol», lo que derivó en numerosas denuncias ante el gobierno porteño y también ante la Justicia, con la consecuente verificación de infracciones. Los vecinos denunciaron, entre otras cosas, la existencia de un depósito de basura de un minimercado -apilada en el mismo sitio por donde luego ingresan los alimentos-, ocupación indebida de la vía pública, árboles serruchados y otros cuyos canteros fueron rellenados con baldosas o cemento para evitar su crecimiento.
