Al oficialismo le costó, pero al final pudo cantar victoria. Con apenas siete votos por encima del límite necesario, la Cámara de Diputados aprobó y giró al Senado el proyecto oficial de reforma política, en una jornada en la que el kirchnerismo debió negociar alianzas hasta último momento para mantener sus respaldos.
Las más de cinco horas de debate desembocaron en una votación que arrojó 136 votos a favor-incluido el titular de la Cámara, Eduardo Fellner, 99 en contra y una abstención. De esta forma, el Frente para la Victoria logró superar por 7 el número de 129 que se requería para aprobar el proyecto que establece elecciones primarias, simultáneas y obligatorias y pondrá a los argentinos más seguido frente a las urnas.
El Encuentro Popular y Social, clásico aliado del oficialismo, el bloque del Sí, Proyecto Sur, Silvia Vázquez y Miguel Bonasso se diferenciaron del Frente para la Victoria y cuestionaron el proyecto, al considerar que «favorece el bipartidismo y obstaculiza la formación de nuevos partidos».
Los opositores del PRO, la Coalición Cívica, la UCR y el Socialismo, en tanto, se quejaron por la «falta de consenso» y apuntaron contra el ex presidente Néstor Kirchner, al que acusaron de «beneficiarse» con esta nueva ley.
Sí se mantuvieron fieles al FpV el bloque De la Concertación, el Movimiento Popular Neuquino, los dos diputados de Tierra del Fuego, el Renovador de Salta, el Frente Cívico por Santiago y los independientes Claudio Morgado y Eduardo Lorenzo Borocotó.