Por el estómago, dicen, es la mejor manera de seducir a un hombre. Y si no, que le pregunten a Amado Boudou, a quien, al perecer, la vida en pareja con la periodista Agustina Kampfer le ha venido como anillo al dedo en materia gastronómica. Sin embargo, el buen apetito del ministro de Economía está a la vista y en varias oportunidades amigos y compañeros de trabajo se lo han hecho saber. Por eso, antes de que el cariñoso apodo «gordo» caiga como un piano encima de él, se decidió a comenzar una estricta dieta. Atrás quedaron las salidas diarias a Puerto Madero y Las Cañitas, ahora sus mediodías transcurren con ensaladas de por medio y las harinas ya no figuran entre las opciones posibles.