Resulta lógico que políticos y ciudadanos comunes se pregunten a diario cómo hace la Presidenta para no perderse evento, inauguración y lanzamiento, sea en la ciudad o en el rincón más lejano del país. Lo cierto es que la primera mandataria no está en todas partes, como se cree. Al menos, no cumple con todas las invitaciones que recibe, en especial, por estos días. Para Cristina Fernández la decisión de aceptar o no estas invitaciones no es fácil. Y demasiada responsabilidad significaba encomendarles la decisión final a sus asesores. Por ello, quien tuvo que hacerse cargo de lacuestión es un funcionario de primera línea. Aníbal Fernández oficia hoy de filtro y es quien asesora a la Presidenta sobre si es conveniente concurrir a tal o cual convite. Y, a diferencia de otras épocas y con las elecciones en el horizonte, se comenta por lo bajo que el jefe de Gabinete está bastante permeable a las invitaciones que llegan a diario a la Rosada aunque, según dicen, especial interés pone en las que provienen de grandes empresas.