«Comienza un nuevo tiempo en el Congreso», dicen en la oposición

«Comienza un nuevo tiempo en el Congreso», dicen en la oposición

Después de la tormenta que vivió el oficialismo, la oposición empieza a acomodarse y disfruta las mieles de un primer triunfo. Esta mañana, referentes de la oposición en la Cámara baja aseguraron que «comienza un nuevo tiempo» y que el Congreso «no va a ser más una escribanía», luego de que el kirchnerismo perdiera cuotas importantes de poder en Diputados.

«La Cámara no va a ser más una escribanía ni van a manejar las comisiones como quieren. En todas las comisiones tiene mayoría la oposición», destacó la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió.

A su vez, Francisco De Narváez subrayó en declaraciones radiales: «dimos vuelta la página de la historia y comienza un nuevo tiempo para los argentinos».

«Estamos todos muy felices. Ahora me voy a San Nicolás y le voy a agradecer a la Virgen», dijo Carrió, al evaluar el resultado de la sesión de ayer.

La dirigente chaqueña subrayó que la estrategia opositora de no intentar ocupar la Presidencia de la Cámara pero sí de reclamar mayoría en todas las comisiones «permitió un acuerdo opositor desde la centroizquierda hasta la derecha».

«Se puede ganar respetando la institucionalidad. No quiere decir esto que la oposición gane todas las votaciones, pero sí habrá votaciones ajustadas», destacó. Carrió resaltó que «en todas las comisiones tiene mayoría la oposición»; en casi todas con una diferencia de tres diputados y en algunas consideradas clave, de un diputado.

«Aún cuando el gobierno pudiera sacar un dictamen ajustado a favor en comisión, después está el recinto. Ayer el oficialismo sólo contaba con ellos y con (Martín) Sabbatella», dijo.

En tanto, De Narváez destacó que «comienza un nuevo tiempo» con la actual composición del Congreso. Y destacó la necesidad de «respetar la voluntad de los que nos votaron».

De Narváez confirmó que ayer los diputados del Peronismo Federal, que integra, luego de la sesión coincidieron en un restaurante con dirigentes del radicalismo. «No fue una mesa conspirativa en la que uno a veces se envuelve, sino que fue una celebración», dijo.