Uno de los principales problemas que se le presentan a varios sectores de la oposición con vistas a 2011 es la dificultad para articular proyectos y políticas comunes. Es por eso que nadie apuesta una moneda a que las relaciones entre la UCR, el socialismo y la tropa que lidera Elisa Carrió lleguen a buen puerto. Sin embargo, Rubén Giustiniani, hombre con buenas perspectivas electorales no cerró la puerta a lograr un buen conglomerado para derrotar a la dinastía K el año próximo. Así, el senador por Santa Fe dio una muestra de unidad al compartir suculento almuerzo con dirigentes radicales en conocido reducto del centro porteño. Y, menú español de por medio, envalentonó a la tropa: «Tenemos que encontrar un lugar común de coincidencias para ser la alternativa de gobierno en 2011».