Francia sigue virtualmente paralizada y ayer vivió la quinta jornada de protestas desde que la Cámara de Diputados aprobara la reforma jubilatoria. Con el abastecimiento de combustible cortado, el aeropuerto Charles de Gaulle tiene reservas para operar sólo algunos días más.
Según el Ministerio del Interior de Francia, se realizaron ayer unas 140 manifestaciones en todo el país de las que participaron 800.000 personas. Para los sindicatos convocantes, en cambio, fueron más de tres millones los franceses que se manifestaron contra las medidas del gobierno de Nicolás Sarkozy.
En las últimas semanas generó un rechazo mayoritario la reforma de la edad mínima de jubilación, que pasará de 60 a 62 años. Tras ser votada por los diputados, la norma llegará este miércoles al Senado, y es de esperase que sea aprobada antes de fin de mes.