No se ponen de acuerdo y cada uno dice que le ganó al otro. Y en el medio, aún no hay datos oficiales. Las elecciones que realizó la CTA (la Central de Trabajadores Argentinos, disidente de la CGT) se realizaron ayer pero todavía no se sabe quién ganó.
Es que los máximos aspirantes a la conducción de la central, el actual secretario general, Hugo Yasky y el titular de ATE, Pablo Micheli, se autoproclaman ganadores de los comicios.
En medio de esta reñida elección se resolvía el rumbo político que adoptará la central obrera en los próximos años, más cercano al Gobierno nacional (en el caso de una victoria de Yasky) o más alejado (si triunfa Micheli).
Anoche, Micheli se proclamó ganador de las elecciones y nuevo secretario general de la CTA, y dijo tener datos más concretos que Yasky; difundió unas planillas que, aseguró, estaban firmadas por los fiscales de ambas listas y repartió copias de las mismas a los periodistas.
Con datos oficiales surgidos de la Junta Nacional Electoral, según indicó en una conferencia de prensa, Micheli aseguró que su Lista 1 se imponía sobre la 10 de Yasky por una diferencia de 24.700 votos, con el 70 por ciento de las mesas escrutadas, cinco horas y media después del cierre de los comicios.
Lo hizo media hora después de que Yasky volviera a proclamarse ganador de los comicios, en la casa central de Suteba. El actual titular de la central ya había salido más temprano a proclamarse ganador de las elecciones, al señalar que según los datos que manejaba la diferencia a su favor en la provincia de Buenos Aires y Santa Fe, volcaban a su favor los comicios a nivel nacional.