Los diputados sabían que en el lugar había oídos ávidos de indiscreciones legislativas, pero en ningún momento quisieron bajar el tono de sus palabras. La escena transcurrió en un bar frente al Congreso, donde dos novatos y entusiastas legisladores -aunque muy habituados a la dialéctica palaciega- comentaban los pormenores de una interna que ya ha provocado más de una discusión en el bloque del PRO. Hablaban del malestar con la flamante diputada Laura Alonso, quien, por su pasado como directora de Poder Ciudadano, parece estar dedicada únicamente a trabajar por la transparencia y para mejorar el acceso a la información. Claro, el tema no hubiese despertado la ira de tantos colegas si no fuera porque son justamente esas las temáticas en las que están inmersos desde hace tiempo otros diputados del PRO como Esteban Bullrich y Federico Pinedo. «Ojo», exclamó alguien que escuchaba las críticas desde una mesa vecina. No vaya a ser que Néstor Kirchner, rápido de reflejos, se entere de la situación y vea con buenos ojos acercarla al desnutrido bloque del Frente para la Victoria.