Si bien el aumento de la carne había representado parte de la importante suba en los pecios de los últimos dos meses, en mazo se evidenció una leve disminución en su valor en góndola. Aún así, el costo de la canasta básica se mantiene en crecimiento, gracias al incremento en otros ítems que componen el IPC.
Un grupo de encuestadoras privadas estiman que el Índice del Precios al Consumidor de marzo se ubicó entre 2,5 y 2,9 por ciento, medición que el Gobierno nacional no reconoce ya que se ajusta a los datos del Indec, cuyas planillas correspondientes al mes en cuestión se conocerán esta semana. El valor tomado por los privados es similar al del mes anterior, sólo que en este caso se notó una baja en el precio de la carne que fue compensada por el aumento en otros productos.
La comida, la vestimenta y la educación fueron los ítems que lideraron las subas. De entre los alimentos y bebidas, casi el 80 por ciento de los productos considerados mostraron aumentos.
En tanto, se espera que para abril el aumento de la nafta, la ropa y la educación sean los más significativos de la próxima medición. También preocupa la incidencia que puedan tener en los meses venideros los valores de las tarifas de luz y gas si es que el Estado no vuelve a actuar, como el año pasado, suspendiendo los aumentos que hoy día están vigor.
El Gobierno, en tanto, se ajusta a las mediciones del Indec y rechaza las estimaciones privadas. Paralelamente, sale a corregir las propias estimaciones de crecimiento del PBI, subiéndolas del 2,5 previsto en el Presupuesto a casi 5%, que podría ser el número final merced al buen desempeño de la economía en los meses post-crisis mundial.
Como es sabido de manual, todo incremento del Producto Bruto tiene su necesario correlato inflacionario, lo cual no justifica de por sí las remarcaciones que vienen sufriendo algunos productos en las góndolas argentinas.