La noticia fue un verdadero baldazo de agua helada. Alemania seguía conmocionada hoy por el suicidio a los 32 años de Robert Enke, favorito para defender el arco de la selección nacional en el Mundial-2010, una tragedia que causó consternación dentro y fuera del mundo del fútbol.
«Estoy inmensamente triste», declaró Franz Beckenbauer apenas unas horas después de conocerse la noticia. «Cuando te enteras de una noticia así, todos los demás problemas pierden importancia», agregó el ex jugador y actual dirigente.
«No tenemos palabras y sí mucha tristeza. Todos pensamos en estos momentos en la mujer de Robert y en su familia. Rober Enke era un ser humano maravilloso pero que vivió momentos dramáticos», destacó por su parte el presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Theo Zwanziger.
En un país con gran cultura popular futbolística, la muerte del arquero del Hannover (1ª división) causó una conmoción sin precedentes. Las principales cadenas de TV le dedicaban ediciones especiales y su fotografía era portada de varios periódicos de información general.
Cientos de aficionados se congregaron el mismo martes por la noche ante la sede del Hannover para depositar mensajes y encender velas.
El guardameta, seleccionado ocho veces con Alemania, se quitó la vida lanzándose a las vías al paso de un tren a última hora de ayer cerca de Hannover, donde vivía con su esposa y la niña que adoptaron en mayo. En 2006, la pareja perdió a su hija de 2 años por una grave malformación cardíaca congénita. Según varios diarios deportivos, Enke estaba siguiendo una terapia psicológica.