Ariel Sigler Amaya está parapléjico y su estado de salud es delicado. Quedó en libertad con una «licencia extrapenal» por motivos humanitarios.
Al mismo tiempo el gobierno trasladó a seis presos políticos a cárceles más cercanas a sus lugares de origen. Se cumple así un viejo reclamo de los familiares que tenían que trasladarse cientos de kilómetros para visitarlos.
Singler fue trasladado en ambulancia de La Habana a Pedro Betancourt (provincia de Matanzas). La liberación había sido anticipada el viernes por la noche a través de un comunicado del arzobispado.
Junto con la liberación del disidente se concreta el segundo traslado: ahora ya son 12 los presos políticos que cumplen condena en localidades cerca de sus casas.
Tanto la liberación como los traslados llegan una semana antes de la visita a Cuba del canciller del Vaticano, Dominique Mamberti. Esto demuestra que las gestiones de la Iglesia Católica cubana vienen teniendo buenos resultados ante el gobierno de Raúl Castro.