Condenaron a diez años de prisión a Silvia Luna

Condenaron a diez años de prisión a Silvia Luna

Silvia Luna fue condenada este viernes a 10 años de prisión por haber asesinado en el 2010 a su amiga Carola Bruzzoni en un bar de General Las Heras, donde la condenada atacó de un mazazo en la cabeza a la víctima porque creía que le iba a arruinar su boda con la difusión de un video sexual.

La condena fue dictada este mediodía por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Mercedes quien consideró a la imputada autora del delito de homicidio simple con dolo eventual. El tribunal fue integrado por los jueces Alejandro Caride, Eduardo Costa y Ricardo Marfía.

Luna, que lloró después de escuchar la sentencia, llegó a debate oral por el crimen de Carola Bruzzoni, de 40, a quien asesinó porque planeaba difundir durante su fiesta de casamiento un video con imágenes suyas manteniendo relaciones sexuales con un hombre que no era su futuro esposo.

Durante los alegatos realizados la semana pasada, el fiscal Adrián Landini había pedido que se condene a la acusada a la pena de 14 años de cárcel, acusada del delito de «homicidio simple».

El abogado Cristian Pérez Solís, quien junto a su colega Miguel Angel Arce Aggeo representan como particular damnificado al viudo de Bruzzoni, Sergio Robledo, coincidió con la calificación del fiscal y pidió que se la condene a una pena de 17 años de cárcel.

Sin embargo, el tribunal decidió inclinarse por una pena más baja.

En sus últimas palabras, la acusada dijo ante el tribunal y el marido de la víctima que no tuvo intención de matar a su compañera de trabajo.

«Yo perdí hijos, marido, trabajo y van a ser dos años que estoy presa. Repito, no fue mi intención de matar a Bruzzoni», dijo la mujer, quien se había negado a declarar durante el debate oral.

El 17 de abril de 2010, Carola se desplomó sobre su cama. Ricardo Robledo, su marido, se despertó sobresaltado, ya que a esa hora, su mujer debía estar trabajando en el restaurant “Matute”. “Me pegó”, llegó a balbucear Carola, contaron fuentes de la causa.

El Dr. Arancivia la atendió en la guardia de un hospital zonal de Las Heras y notó que la paciente tenía una “sonnolencia permanente” pero el hundimiento del cráneo que sintió al tacto lo alarmó y ordenó su traslado a un centro de salud con mayor complejidad. Allí, entró de inmediato a quirófano. Fueron tres operaciones que no lograron salvarle la vida: el golpe de la maza hizo su destino irreversible. Tras nueve días de agonía, Bruzzonni falleció en una cama del servicio de Terapia Intensiva del Hospital Vicente López de General Rodriguez, el 26 de abril.

El 30 de ese mes, Silvia Luna, la autora del “mazazo”, llegó a su primera entrevista pericial acompañada por una custodia policial. Estaba lúcida, orientada y activa. En su relato demostró “escasa repercusión afectiva”. Es decir, parecía no importarle el fallecimiento de su amiga y compañera de trabajo, en cambio, tal como declaró a la prensa, sentía pesar porque ya no podría casarse. «Me quedé sin vestido blanco para estrenar, con los anillos en el ropero… Lo único que sé es que me arruinaron mi casamiento», dijo antes de ser detenida sin mostrar indicios de arrepentimiento.

Pese a que los peritos declararon en el juicio que el golpe de la maza resultó mortal, María Fernanda Montero, abogada de Luna, desestimó las pericias y destacó que la intención de su defendida no fue matar a Bruzzoni, por esa razón, en los alegatos apostó por un cambio de carátula: homicidio en legítima defensa (por la presunta pelea que originó el golpe) lesiones graves o, en todo caso, tentativa de homicidio.

Montero argumentó que el tiempo que tardó la víctima en llegar al hospital determinó el resultado fatal, ya que los médicos no lograron salvarla.

En cambio, para el fiscal Adrián Landini y los abogados Miguel Ángel Arce Aggeo y Christián Peréz Solis, no hay dudas: a Luna le corresponde prisión por homicidio simple. Pidieron 14 y 16 años, respectivamente.

Juan Carlos Antola, ex marido de Luna y padre de sus dos hijos, pasó por el estrado y reveló que durante el tiempo en que estuvo en pareja con al acusada, ésta le arrancó una uña, le clavó un cuchillo en el bícep y le pegó un sartenazo en la cabeza, en medio de una discusión, cuando descubrió que Luna lo engañaba con Juan Burgueña, el hombre por el que atacó a su amiga.