Los choferes de ómnibus de larga distancia agrupados en la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA) comenzaron a las 8 un paro de 24 horas en reclamo de reivindicaciones laborales.
Los manifestantes exigen la reincorporación de más de 30 choferes de diferentes empresas y provincias «despedidos por organizarse gremialmente en sus lugares de trabajo», libre ejercicio sindical, cumplimiento de los tiempos de descanso y la reformulación horaria para los colectivos de Capital Federal.
La medida fue ratificada anoche por Silverio Gómez, secretario general del gremio, enrolado en la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA).
Gómez enfatizó que el sindicato que lidera no fue convocado al Ministerio de Trabajo sino que sólo recibió una comunicación telefónica que buscó levantar la medida de fuerza.
«No hubo ningún acuerdo. Los reclamos de nuestros compañeros son justos», precisó Gómez.
Ayer, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, llamó «a la reflexión» a los choferes de larga distancia agremiados en la UCRA y sostuvo que era «preciso armar una mesa de diálogo para alcanzar una solución» al conflicto.
«Vamos a intervenir como siempre», dijo Tomada a la prensa antes de participar de la Cumbre Iberoamericana de Ministros de Trabajo, en esta ciudad.
Además, el funcionario sostuvo que le llamaba «la atención» el paro de los conductores «porque no es un conflicto donde participe la UTA», por la Unión Tranviaria Automotor.
La UCRA se encuentra enfrentada a la conducción de la UTA, que está enrolada en la CGT conducida por Hugo Moyano.
El 29 de enero último, con motivo de una medida de fuerza, choferes de ambos gremios protagonizaron graves incidentes al enfrentarse a golpes, palos y pedradas en la estación de Retiro.
El conflicto comenzó cuando los conductores de la UCRA bloquearon el ingreso y acceso de micros a la terminal para rechazar un acuerdo salarial firmado por las autoridades de la UTA, el Ministerio de Trabajo y la Cámara Empresaria de Larga Distancia.