Una ola de atentados afectó ayer la ciudad de Bagdad, Irak, luego de que explotasen 11 coches bombas dejando como saldo 23 muertos y más de 200 heridos. Las detonaciones se produjeron anoche en cafés, restaurantes y populares mercados de la capital iraquí.
Se trató del peor ataque que recibe Bagdad desde la invasión estadounidense en 2003 y pone en duda la capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes de proteger la capital a menos de un año de la retirada definitiva de las tropas estadounidenses. Por ahora nadie se atribuyó los atentados, aunque algunas versiones señalan a Al-Qaeda.
Las explosiones tuvieron lugar dos días después de que hayan sido tomados como rehenes sacerdotes y feligreses en una iglesia católica de Bagdad, lo que dejó 52 muertos. En tanto, según el ministro de Salud iraquí, Saleh al-Hasnawi, la cifra de muertos podría aumentar en las próximas horas.