El abogado querellante en el caso del cuádruple homicidio cometido por Ricardo Barreda presentó ante la Cámara Penal platense una impugnación del cómputo que ese tribunal realizó sobre la condena cumplida por el odontólogo, lo que generó que se le concediera la libertad condicional.
El abogado Horacio González Amaya, quien representó en la causa y el juicio oral a los familiares de las víctimas, aseguró en declaraciones periodísticas que presentó «una impugnación contra el cómputo de la Cámara Penal», con la intención de evitar que se cumplimente la libertad condicional de Barreda.
El letrado explicó que se basó «en el artículo 3º de la ley 24.390, que establece que cuando existe actividad procesal dilatoria, el tiempo que insume la tramitación de esas actividades procesales no deben ser computados».
El abogado precisó que «una vez que el expediente tome curso, la Justicia tendrá cinco días para resolver si da lugar a la impugnación o si confirma el nuevo cómputo realizado».
Además, advirtió que Barreda «es peligroso para la sociedad» porque «en condiciones similares, va a volver a matar».
Barreda, condenado a reclusión perpetua por asesinar a su esposa, su suegra y sus dos hijas en 1992, fue beneficiado la semana pasada con la libertad condicional por la sala de feria de la Cámara de Apelaciones y Garantías de La Plata.
Su defensa había solicitado ese beneficio, luego de que la sala 1 de la Cámara Penal platense realizó un nuevo cómputo de la pena.
Según el cómputo de la pena realizado por el abogado defensor Eduardo Gutiérrez, se le debe contar doble a Barreda el tiempo de detención desde el 16 de noviembre de 1994, cuando cumplió dos años de preventiva, hasta mayo de 2007, cuando la sentencia a reclusión perpetua quedó firme por el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Los camaristas Raúl Delbés, Pedro Luis Soria y Sergio Ramón Almeyda resolvieron darle la condicional al odontólogo a pesar de que el abogado defensor del cuádruple homicida, había solicitado la libertad definitiva, ya que consideraba que había cumplido la totalidad de la pena.
Barreda fue condenado en 1995 a reclusión perpetua por asesinar a escopetazos en 1992 a su esposa Gladys, de 57 años; a su suegra Elena Arreche, de 86; y a sus hijas Cecilia y Adriana, de 26 y 24, en la casona que compartían en pleno centro de La Plata.