El fiscal Miguel Fernández Jahde tomó declaración testimonial a los efectivos policiales que cumplían tareas de custodia en la chacra del gobernador de Río Negro, Carlos Soria, la noche en que murió, y negaron haber oído a la mujer de la víctima, Susana Freydoz, decir «no lo quise matar».
Los custodios afirmaron que los disparos se produjeron entre las 4 y las 4.05, y relataron que llegaron al lugar unas dos horas antes del hecho, aunque se ubicaron en un sector alejado de la vivienda.
Por su parte, el abogado de Freydoz, Alberto Ricchieri, insistió con que el estado de salud de la viuda es «muy precario» y sigue bajo atención médica, por lo que «no está en condiciones de declarar» ante la Justicia.
Las ruedas testimoniales continuarán el viernes, cuando prestarán declaración los hijos de Soria, Martín, intendente de General Roca, y María Emilia, las dos personas que estaban en otra habitación de la casa cuando se produjo el hecho.