El represor Julio Poch, acusado de pilotear aviones en el marco de los llamados «vuelos de la muerte» durante la última dictadura, llegó esta madrugada al país detenido, proveniente de España y quedó a disposición del juez Federal Sergio Torres.
El teniente de fragata Poch fue extraditado a la Argentina, acusado de ser uno de los pilotos que arrojó al mar o al Río de la Plata, desde aviones militares, a detenidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
El 9 de abril pasado se había aprobado la extradición del represor, luego de una recomendación en ese sentido de la Audiencia Nacional de España. Poch, de 57 años, nació en la Argentina pero también tiene nacionalidad holandesa.
Fue arrestado el 22 de septiembre de 2009 en el aeropuerto de Manises (Valencia), durante un vuelo que realizaba como piloto civil para la compañía Transavia. Sobre él pesaba un pedido de captura internacional emitido por el juez Federal Torres.
El 6 de octubre, el piloto dijo ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco que él no tenía nada que ver con los llamados «vuelos de la muerte», porque nunca estuvo destinado en la ESMA.
Asimismo, Poch negó entonces una denuncia al respecto que le hicieron sus compañeros de Transavia. Según la denuncia, Poch se jactaba de haber participado en «los vuelos de la muerte», en los que las personas secuestradas por los grupos de tareas de la dictadura eran arrojadas vivas al mar, semidormidas por la administración forzada de drogas.