La policía brasileña continúa su lucha contra los grandes narcotraficantes asentados en las favelas de Río de Janeiro por lo que ayer jueves se le sumó la ayuda 800 militares. Asimismo, por propia decisión del Gobierno federal, también se enviaron dos helicópteros de la Fuerza Aérea y 10 blindados para reforzar las operaciones.
Esta decisión se produjo luego de que el gobernador de Río, Sergio Cabral, haya solicitado que el Ejército se encargue de garantizar «la protección del perímetro de las barriadas ‘reconquistadas’ en las últimas horas». Por otra parte, Cabral fue felicitado por la presidenta electa, Dilma Rousseff, por su «gran trabajo en el enfrentamiento al crimen organizado».
En tanto, desde ayer la Policía ha tomado el control de la favela Vila Cruzeiro, la cual se había convertido en el símbolo de la resistencia de los narcos. Al respecto, el secretario de Seguridad de Río, José Mariano Beltrame, admitió que se están llevando a cabo «acciones complejas» contra las bandas criminales.