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Un importante movimiento de personas y algunos inconvenientes en el tránsito enmarcaron este lunes la apertura como calle peatonal de la reformada avenida Corrientes entre Callao y Cerrito, en el centro porteño, colmado por un mar de gente en su debut, el sábado pasado.
La obra fue de gran magnitud, su ejecución duró 15 meses y para algunos, en especial residentes en la zona que ven alterada su rutina para estacionar, no era necesaria y trae complicaciones en el tránsito.
“Yo vivo en Corrientes al 1600 y tengo un auto en una cochera también sobre la avenida. Es engorroso tener que hacer un trámite para demostrar que vivo acá y no me hagan la multa por circular en los carriles exclusivos para el transporte público”, se quejó Luis, abogado de 50 años, en diálogo con Télam.
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