Un relevamiento sobre qué medidas implementar para reducir la inseguridad arrojó que un tercio de los encuestados opinó que se necesita “mayor presencia policial en las calles” y apenas una ínfima minoría abogó por la aplicación de la “pena de muerte” para quienes delinquen. Además, casi en proporciones similares se pronunciaron aquellos que pretenden una política de “mano dura” y los que se inclinan por la instrumentación de medidas de “mayor inclusión social”.
El trabajo fue elaborado por el Laboratorio de Investigaciones sobre Crimen, Instituciones y Política (LICIP) de la Universidad Torcuato Di Tella que, además de actualizar su habitual Indice de Victimización que difunde en forma mensual, consultó a 1200 personas -residentes en los principales centros urbanos de todo el país- para conocer cuál sería el mejor método para combatir la problemática de la inseguridad.
Ante la pregunta: ¿Cuál es la principal medida que debería tomarse para mejorar el problema de la inseguridad?, el 32,7 por ciento respondió con “más presencia policial y mayor capacitación para los efectivos” y un 29 por ciento se inclinó por la instauración de “penas más severas para los que delinquen”, que vulgarmente se conoce como “mano dura”. En tanto, un 11,4 por ciento de los consultados en la ciudad de Buenos Aires, Conurbano bonaerense, Córdoba, Mendoza, San Miguel de Tucumán y Rosario optó por “no contestar”.
En las posiciones extremas, un 25,4 por ciento de los consultados se pronunció por “una política de mayor inclusión social, que apunte a mejorar la calidad y el alcance de la educación, generando una distribución más equitativa del ingrese o mejore el sistema carcelaria”. Y del otro lado, apenas un 1,6 por ciento se manifestó como partidario de la aplicación de la “pena de muerte”.
La medición del último mes de enero del Indice de Victimización (IVI) demuestra que el 31,7 por ciento de los hogares encuestados -pertenecientes a los principales 40 centros urbanos del país- fueron víctimas de algún delito, que comparado con los registros del mismo período el año pasado apenas creció en un 2 por ciento.
Si bien la tasa anual de crecimiento de este parámetro fue del 6,8 por ciento, en relación a diciembre pasado se dio un descenso del 5,5 por ciento, que podría estar vinculado a cuestiones estacionales. Además, se indica que sólo la Capital Federal con un 33,6 por ciento superó el promedio nacional del IVI que se ubica en el 31,7 y en el siempre considerado “caliente” Gran Buenos Aires bajó en 5,9 por ciento.
De aquellos que fueron víctimas de un delito, el “robo con violencia” sigue posicionado en lo más alto de esa indeseable tabla de calificación con casi la mitad de los hechos (un 49,9 por ciento). Detrás aparecen el “hurto de objetos personales” con el 21 por ciento, “robo de viviendas” con un 9,9 por ciento, “robo de objetos de vehículos” con un 3,1 por ciento, “robo de automotores” con un 2,8 por ciento, “lesiones o amenazas” con un 2,4 por ciento, “robo de motocicleta” con un 1,3 por ciento y en el rubro “otros, el restante 9,6 por ciento.
Sobre la evolución del IVI por Delito, el informe del LICIP de la Universidad Torcuato Di Tella, establece que el “robo con violencia contra las personas” alcanzó en enero de este año un 17,8 por ciento de los hogares entrevistados, exhibiendo el mismo valor registrado en el mismo mes de 2009. Por su parte, el “hurto de objetos personales” mostró un descenso anual del 0,6 por ciento, el “robo de viviendas” del 0,1 por ciento y el “robo de automotores” del orden del 0,9 por ciento, constituyendo cifras casi iguales.