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Los mercados esperan un fuerte salto del tipo de cambio oficial para el último mes del año, ya que el Banco Central registra un déficit récord de reservas y no tiene forma de sostener la paridad.

La estabilidad del país nunca fue una prioridad para el candidato Sergio Massa. El Ministro de Economía apostó por prorrogar todos los desequilibrios fiscales, monetarios y cambiarios hasta fin de año, generando así una bomba de tiempo que está a punto de estallar.

Desde la segunda semana de agosto y hasta segunda semana de noviembre, el tipo de cambio oficial del dólar se mantuvo congelado en $350 para el segmento mayorista, pese a que la tasa de inflación mensual superó el 12,4% en agosto, 12,7% en septiembre y más de un 8% (según el INDEC) para el cierre de octubre. 

Esto provocó un profundo atraso cambiario en términos reales. El Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) que calcula el Banco Central había retrocedido a los niveles más bajos desde mayo de 2017. Tras la ligera devaluación de $3 en el día miércoles, a duras penas consiguió equipararse al valor de diciembre de 2017, una paridad que sigue siendo abiertamente insostenible para el nivel de reservas crítico de la autoridad monetaria.

Evolución del tipo de cambio real entre 2017 y 2023.

De hecho, para alcanzar el valor máximo del TCRM al momento de la devaluación del mes de agosto, el dólar oficial en la actualidad tendría que producir un salto superior al 35%. Esto refleja el deterioro que sufrió la cotización oficial con respecto a la inflación.

Las reservas netas del Banco Central acumulan un rojo que ya supera los US$ 10.000 millones. Para poder “administrar” este desequilibrio, las autoridades restringieron severamente las importaciones, provocando todo tipo de faltantes y desabastecimiento en la industria, en insumos para el sector de la salud, en combustibles, etc. Pero ni así fue suficiente para contener la sangría de divisas del BCRA.

Por todo esto, los mercados anticipan una fuerte devaluación para el mes de diciembre. La devaluación implícita en los contratos de dólar futuro sugiere un salto cambiario de por lo menos el 80% para fin de año. Algunos analistas estiman que el dólar oficial podría oscilar entre $650 y $700, con respecto a los $353 que actualmente alcanza el segmento mayorista del mercado regulado.

Otros economistas, entre ellos Domingo Cavallo, sugieren que el Gobierno de Massa podría llevar el dólar de las importaciones a una paridad que equipare al que perciben los exportadores (alrededor de $500 por el tope de liquidación al CCL). Esto generaría una devaluación superior al 40%.

Massa prometió que el dólar oficial se irá ajustando a una velocidad de devaluación del 3% mensual hasta el cierre del 2023, pero ninguna consultora privada ni ningún banco internacional encuentra creíble la promesa del Ministro, lo mismo ocurre con las expectativas implícitas en los contratos de futuros. Nadie le cree a Massa, porque como Ministro de Economía lleva en su haber una catarata de fracasos y promesas incumplidas en materia de inflación y crecimiento.

La devaluación que deja Massa provocará un fuerte salto en los precios de los bienes transables (principalmente alimentos), a los cuales seguirán los precios mayoristas, los minoristas, y sólo en último lugar los salarios (que corren por detrás de la inflación desde hace 10 años).