La TV Pública, Radio Nacional, la agencia oficial Télam y la empresa Contenidos Públicos Sociedad del Estado arrojan pérdidas millonarias a costa del bolsillo de la sociedad. Milei buscará reestructurar y privatizar estas entidades para que esta vez el ajuste lo pague el Estado.
Los medios de comunicación del Estado no representaron ninguna función relevante en beneficio de la sociedad, fueron cooptados en gran medida por consignas políticas partidarias alineadas al kirchnerismo, y como si todo esto no fuera suficiente, arrojaron pérdidas millonarias a costa del país.
En total, la empresa Contenidos Públicos Sociedad del Estado, la Televisión Pública, la agencia oficial Telam y la Radio Nacional registraron pérdidas operativas por 15.200 millones de pesos en los últimos 6 meses, en línea con la mayor parte de las entidades que pertenecen a la órbita del sector público.
El déficit de la Radio Nacional y la TV Pública alcanzó los $12.571 millones en el primer semestre del año, convalidado por los bajos niveles de audiencia en comparación con la competencia. Por otra parte, la agencia Télam le costó a la sociedad casi $1.600 millones de pesos en el mismo período, y finalmente la empresa de Contenidos Públicos del Estado perdió más de $1.000 millones de manera irremediable.
La mayor parte de los gastos en estas entidades, especialmente en la agencia Télam, se corresponden con el pago de salarios (muchas veces llegando a representar hasta el 80% del total del presupuesto asignado).
Aunque la agencia no es sustentable y no ofrece un servicio que sea consumido por la sociedad, el Estado carga con salarios de entre $500.000 y $600.000 por mes, prácticamente el doble de lo que percibe el trabajador promedio de la economía argentina. La periodista Laura Di Marco denunció públicamente el manejo arbitrario de los medios del Estado, y los acomodos políticos que proliferan en estas instituciones.
Lo cierto es que no existe ninguna justificación seria para la presencia superlativa del Estado en los medios de comunicación, más aún cuando el avance de la tecnología permitió descentralizar y diversificar la oferta de contenidos de cara a la sociedad, especialmente en formatos no convencionales que fueron ganando protagonismo en los últimos años.
Trabajé en Telam. Y me fui porque no podía soportar lo que sucedia. Gente que gana 500 o 600 lucas y no hace nada. Gente q viaja a una cobertura y se queda una semana + rascándose en NY. Mi solidaridad es con los argentinos, no con los parasitos. Lo vivi, no me lo contaron. https://t.co/2PCidSJOp0
— Laura Di Marco (@_LauraDiMarco) November 21, 2023
El presidente electo Javier Milei propone un giro de 180° en el rol del Estado con los medios de comunicación. Se apunta a la máxima libertad de prensa, a la eliminación de la pauta pública prescindible (hasta ahora asignada con criterios meramente políticos), y la privatización de todos los medios bajo el control del Estado. Estos objetivos son consistentes con el ajuste fiscal para lograr el equilibrio de las finanzas públicas para el próximo año.
En caso de que no existan compradores interesados para todos los medios sujetos a privatización, aún cuando fueran reestructurados, se evalúa la posibilidad de efectuar posibles decretos de liquidación de las entidades.
Cabe recordar que el presidente Carlos Menem barajó la posibilidad de cerrar la agencia Télam en el año 1996, precisamente por la falta de ofertas para privatizarla. Muchas empresas estatales fueron cerradas durante la década de 1990 debido a su falta de viabilidad económica y a las pérdidas que suponían para la Argentina.