Asumió Nilda Garré -hasta ayer titular de la cartera de Defensa- ahora como nueva ministra de Seguridad. Y apenas juró, anunció cambios en la cúpula de la cartera, con la fiscal Cristina Caamaño (la misma que investigaba el crimen de Mariano Ferreyra) como número 2 en reemplazo de un hombre de confianza del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Ahora, lo que se espera, son cambios profundos en algunas fuerzas, entre ellas la Policía Federal.
Luego de la ceremonia formal, Garré ratificó que la fiscal que actuaba en la causa del asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra será la número dos en el organismo en lugar de Sergio Lorusso. Si bien evitó mencionar cuales serán sus primeras medidas como ministra, adelantó que reorganizará todas las fuerzas a su cargo: la Policía Federal, la Gendarmería nacional, la Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
En ese sentido, se vienen reforzando las versiones sobre una «purga» en la conducción de la Policía Federal. «Vamos a analizar cada una de las situaciones a resolver», se limitó a señalar Garré, quien remarcó: «Acabo de asumir, así que nadie ha tenido ocasión de presentarme ninguna renuncia».
Se habla de que Garré removería al jefe de la Policía Federal, comisario general Néstor Valleca, otro hombre de estrecha relación con Fernández, que estuvo en el acto de asunción, y al subjefe, Jorge Humberto Oriolo.