YPF, Axion, Puma y Shell confirmaron los aumentos del 8% para la nafta y el gasoil en todas las estaciones de servicio, que se suma al aumento del 5% que ya había autorizado la semana pasada. Aún con la nueva actualización, el precio de surtidor sigue muy alejado del valor a granel y se espera que la normalización sea más lenta de lo esperado
Sin más alternativa que actualizar los precios, el ministro Sergio Massa finalmente autorizó un nuevo tarifazo en todas las estaciones de servicio del país. Las empresas YPF, Shell y Axion anunciaron una suba del 7,6% sobre la nafta y el gasoil, mientras que Puma confirmó una actualización promedio de hasta el 7,8% respectivamente.
Estos aumentos se suman a la suba del 5% en el precio que ya había autorizado Massa la semana pasada tras las elecciones, por lo que el aumento total estará arriba del 12,6%, en línea con la inflación del pasado mes.
Los aumentos rápidamente impactarán en los costos de los bienes y servicios que necesitan del abastecimiento energético para llevarse al mercado, liberando al menos una ínfima porción de la inflación reprimida que acumula Argentina.
La consultora Orlando Ferreres advierte que la tasa de inflación para el mes de octubre habría cerrado por encima del 10%, después de que los precios repuntaron un 12,4% en agosto y un 12,7% en septiembre, por lo que este tipo de actualizaciones deberán empezar a ser impulsadas todos los meses para evitar futuros desabastecimientos.
El aumento anunciado por el Gobierno no tiene como finalidad corregir el desabastecimiento de manera definitiva, sino simplemente postergarlo en la medida de lo posible hasta después de las elecciones para evitar dañar la competitividad de Massa.
Los combustibles fueron congelados desde la segunda semana de agosto con un aumento insuficiente del 12,5%, y por la inflación acumulada desde entonces las petroleras exigen una actualización de entre 20% y 30% sobre los precios de surtidor (cada vez más alejados del precio a granel).
Por otra parte, Massa confirmó que no actualizará por inflación el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL), con lo cual su participación sobre el total del precio se verá ligeramente disminuida.
Pero lo cierto es que el componente impositivo del ICL sobre la tarifa total no alcanza a representar ni el 12%. Los también combustibles soportan una carga de 21% a cuenta del IVA, 3,3% a cuenta de Ingresos Brutos cobrado por las provincias, 1% del impuesto al Cheque, 0,7% por el impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) y otro 0,7% por la tasa de Inspección de Seguridad e Higiene (TISH).
La “tarifa Massa” para los combustibles mantiene un componente impositivo del 38% sobre el precio total percibido por el consumidor. El candidato del kirchnerismo no anunció ningún cambio sustancial, y promete mantener la vigencia a la totalidad de estos recargos.
En contraposición, el candidato Javier Milei propone un rediseño de la ecuación económico-financiera de las empresas para poder emprender una quita de subsidios sin trasladar el costo a los consumidores a través de tarifazos. Milei propone bajar impuestos para que la mayor parte del costo del ajuste lo absorba el Estado.