Massa promete “bajar la inflación” en 2024: La última vez que lo prometió, los precios cuadruplicaron el aumento previsto

Un nombre que está sonando en el kirchnerismo es el de Jorge Capitanich, quien podría asumir el Ministerio de Economía si gana Massa, realizar una masivo ajuste salvaje contra la sociedad, y renunciando para el 10 de diciembre que asume Massa la presidencia con un nuevo ministro.

En los últimos días un rumor empezó a tomar fuerza en los pasillos del Palacio de Hacienda, que aseguran que el actual ministro y candidato a presidente Sergio Massa, está planeando renunciar al Ministerio de Economía el lunes 20 feriado si gana las elecciones del domingo.

Al hacerlo un día feriado, evitaría el shock en los mercados y se nombraría rápidamente un sucesor. Este nuevo ministro tendría una sola tarea: impulsar un Plan Bonex para las Leliq, lanzar una masiva devaluación del dólar oficial que cierre la sangría del Banco Central e incluso imponer un corralito sobre los dólares en los bancos.

Las consultoras privadas y los bancos internacionales estiman que el dólar oficial podría ir a un rango entre $650 y $700, lo cual implicaría una muy fuerte devaluación con respecto a los $353 que hoy alcanza a cotizar el dólar oficial mayorista, después de reanudar el régimen de crawling-peg. La devaluación podría oscilar entre el 50% y el 150%.

Estas medidas extremadamente impopulares serían impulsadas en un muy corto tiempo, y el ministro que hiciera todo esto renunciaría el mismo 10 de diciembre al momento que asume Massa. De esta manera, el nuevo presidente designaría un nuevo ministro “propio” que asuma con un colchón devaluatoria ya consumado.

Si bien empezó como un rumor, los periodistas Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano se lo preguntaron al cierre de la entrevista de este miércoles en A Dos Voces, agarrándolo desprevenido. Con una mueca y cara de indignación, Massa se puso nervioso y les respondió con chicanas, pero sin precisar si efectivamente renunciaría como ministro en caso de ganar.

En caso de proceder con este plan, Massa tendría que traer a su propio “Remes Lenicov” para que hiciera todo el ajuste más doloroso contra la sociedad, la mega-devaluación, la posible reestructuración de las Leliq, y el mismo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional se vería en peligro de revisión.

Cabe destacar que antes de la llegada de Néstor Kirchner al poder en mayo de 2003, el Gobierno interino de Eduardo Duhalde llevó a cabo un ajuste feroz, que implicó una devaluación del 200% sobre el tipo de cambio y el armado de lo que se dio a conocer como “corralón”, en medio de la pesificación asimétrica de deudas y depósitos. 

Se desconocen nombres sobre quién podría ocupar el difícil cargo “de transición”, pero quién se menciona por las fuentes con conocimiento de este plan es Jorge Capitanich, quien ya cumplió un rol parecido durante la presidencia interina de Ramón Puerta en diciembre del 2001 y fue recientemente eyectado de su propia provincia tras perder las elecciones en Chaco.

Capitanich tiene actualmente múltiples denuncias de corrupción e incluso está implicado en el asesinato de Cecilia Strzyzowski, por lo que este “sacrificio político” podría ganarle los suficientes puntos para que Massa luego lo proteja de la Justicia.

Luego del corto mandato de menos de un mes de Capitanich (o quien fuera el elegido para este cargo), en el massismo esperan que asuma el 10 de diciembre una figura como Roberto Lavagna, quien también fue ministro de Economía después del mega-ajuste de Remes Lenicov.

La fatídica devaluación del año 2002 provocó un descomunal salto de la pobreza del 45% que estaba en 2001 a más del 65%. Al día de hoy, la Universidad Torcuato Di Tella estima que la pobreza habría llegado al 43% al cierre de septiembre (una cifra parecida a la de 2001), y la devaluación que Massa podría desplegar en la transición a su Gobierno bien podría llevar a la pobreza a los umbrales más violentos desde 2002.

Es por esta transición tan caótica que ni Kirchner ni Lavagna tuvieron que lidiar con el costo político que implicó, sino que la carga fue depositada íntegramente en Duhalde y Lenicov. Es un escenario que parece ideal para la posición que hoy mantiene Sergio Massa, ya que sin lugar a dudas se esperan fuertes coletazos devaluatorios para el corto plazo, y si fuera consagrado Presidente buscaría delegar el costo político de las medidas más impopulares.

El candidato del kirchnerismo se mostró visiblemente nervioso e incómodo cuando fue interpelado por esta interrogante, como parte de una entrevista con los periodistas Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano. Evitó contestar una respuesta concreta, y tampoco incurrió en mayores precisiones sobre qué ocurrirá exactamente con el país a partir del día lunes si es elegido como Presidente.