El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, minimizó hoy los comentarios de la embajadora de Estados Unidos en Argentina, Vilma Martínez, acerca de la «brusquedad» del mandatario comunal al interrumpir una reunión que ambos mantuvieron en noviembre de 2009 y evaluó que «por ahí tuvo un mal día» la diplomática.
Macri dijo no darle «mucha importancia» a un cable que intercambió la Embajada estadounidense con el Departamento de Estado, donde Martínez se refirió a la «maniquea visión del mundo» del titular del Ejecutivo capitalino y su «brusquedad» al cortar a los 20 minutos un encuentro que mantenía con ella.
«Cualidades que», según estimó la embajadora en ese momento, «comparte con Néstor Kirchner».
En diálogo con radio Continental, el jefe de Gobierno capitalino atribuyó esa opinión a «un funcionario de segundo o tercer nivel» de la representación diplomática estadounidense en Buenos Aires, pero cuando se le señaló que fue la propia Martínez quien hizo esas manifestaciones, resaltó: «Por ahí tuvo un mal día; no requiere mayor comentario, no le doy mucha importancia al tema».
Según difundió el diario español El País, en el marco del escándalo por la filtración masiva de cables diplomáticos del país del Norte, Martínez tuvo estos conceptos tras un encuentro que mantuvo con Macri en noviembre de 2009.
De acuerdo al matutino madrileño, la diplomática detalló que «la reunión (con Macri) sirvió para recordarnos su brusquedad, su maniquea visión del mundo y su incomodidad con las sutilezas de las comunicaciones interpersonales».
«Cortó la reunión abruptamente a los 20 minutos», puntualizó en el cable secreto y añadió que «son cualidades que comparte con Néstor Kirchner».
Consultado sobre si se sintió mal al conocer estos dichos, Macri replicó que, en realidad, «el dolor de cabeza lo tiene el gobierno (norte)americano con sus principales socios y relaciones diplomáticas» y no él por «los comentarios que puede haber hecho un funcionario de segundo nivel o tercer nivel, como explicó la Embajada y que circulan hacia Washington».
En cuanto al cuestionamiento hacia su persona por la premura en atender una cita, el jefe comunal explicó: «Yo siempre pienso en las reuniones en tiempo breve porque, la verdad, siempre tengo mucho trabajo, no dedico tanto tiempo en ese tipo de reuniones como hacen otros que están en el tema político».
«Será opinión de esas personas que estuvieron en esa reunión», insistió en relativizar.
Por otro lado el titular del Gobierno porteño recurrió a la ironía para rechazar las críticas del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y de otros adversarios sobre su supuesta dilatada ausencia de la gestión en lo que va del año, y aseguró que fueron exactamente «365» días los que no concurrió a trabajar.
«Creo que son 365, yo nunca estoy», disparó Macri, en un comentario burlón hacia los cuestionamientos de «Fernández y compañía» sobre el presunto poco tiempo que le dedica a los problemas de la administración porteña, y tildó de «pavadas» esos comentarios.
En declaraciones a radio Continental, a poco de llegar de la luna de miel que disfrutó en México y Colombia con su flamante esposa, Juliana Awada, el mandatario comunal insistió en descalificar las críticas de sus adversarios.
«Yo no voy a contestarle a Aníbal Fernández y a toda la sarta de gente que vive diciendo pavadas: yo trabajo. La gente juzgará lo que trabajo», remarcó.