Continúa el derrame en las aguas del Golfo de México. Desde hace días la marea negra afecta las costas del estado de Louisiana. Ayer, en conferencia de prensa, el director de operaciones de BP (ex British Petroleum), Doug Suttles, reconoció que la técnica de inyectar barro a presión en el punto de origen de la fuga de crudo fracasó, y que el vertido de petróleo a las aguas del Golfo de México sigue sin control. El plan de la petrolera había sido anunciado días atrás con el pretencioso nombre de Top Kill. Suttles esbozó sin embargo el nuevo plan: colocar una tapa en la parte superior de los ductos dañados con un sistema de válvulas para aspirar el petróleo y derivarlo a un barco en la superficie. De funcionar, en una segunda fase se procedería a sellar la fuga. Los trabajos se complican por la profundidad a la que se trabaja (1500 metros bajo el agua). Desde hace 39 días, cuando estalló y se hundió la plataforma marítima Deepwater Horizon, se filtran al agua entre 12 mil y 19 mil barriles de crudo por día. El hidrocarburo ya afecta 240 kilómetros de playas estadounidenses (en el estado de Louisiana) y la mancha negra se acerca de la costa de Alabama.