No hay repelente que alcance. Una nueva invasión de mosquitos irrumpió en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, favorecida por las lluvias y el calor de los últimos días. Esta situación causó la preocupación de las autoridades sanitarias, ya que la especie que más abunda es el Aedes aegypti, la que transmite el dengue, por lo que se incrementaron las medidas de prevención.
En ese contexto, la Dirección General de Espacios Verdes de la Ciudad de Buenos Aires confirmó el crecimiento en la población de los mosquitos silvestres por las condiciones climáticas, de lluvia y sol, aunque aclaró que no hay una sola especie sino «más de treinta».
«El número de especies aumenta considerablemente en el Gran Buenos Aires y en la provincia, donde en total llega a más del doble. Todos vuelan y pican, y tienen formas parecidas», explicó Nicolás Schweigmann, investigador del Conicet y director del Grupo de Estudio de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Desde el organismo porteño monitorean habitualmente, junto a Defensa Civil, las zonas donde el Aedes aegypti comenzó a aparecer y ya comprobaron que existen áreas más vulnerables y con mayor probabilidad de hallarlo, sobre la base de una serie de patrones: casas con patios, jardines y fondos, casas con más de 50 años de antigüedad y terrenos baldíos típicos de los barrios de Villa Devoto, Villa Crespo, Parque Avellaneda, Mataderos, Bajo Flores, Villa Riachuelo, Pompeya, Agronomía y Chacarita.