El ex presidente y actual diputado participó de la Asamblea Nacional por primera vez desde la enfermedad que lo alejó de la vida pública en 2006. Se refirió a temas de política internacional y no hizo mención alguna a situaciones internas de la isla.
Buena parte de la alocución de Fidel Castro giró en torno al enfrentamiento que mantienen las potencias occidentales y Teherán por el programa nuclear iraní. Advirtió así sobre el peligro de caer en un conflicto armado.
En ese sentido responsabilizó al presidente estadounidense Barak Obama asegurando que de él depende la solución: «Irán no cederá un ápice a las exigencias de Estados Unidos e Israel – afirmó Castro – un hombre tendrá que tomar la decisión en solitario: el presidente de Estados Unidos».
El histórico líder cubano se encargó de diferenciar a Obama de otros mandatarios norteamericanos. Dijo que el actual ocupante de la Casa Blanca no es un «cínico» como Richard Nixon, ni un «ignorante» como Ronald Reagan.
En algo más de una hora y media, Fidel Castro no se refirió a situaciones locales ni hizo mención a las reformas encaradas por su hermano Raúl desde que él se alejara del poder. Sí, en cambio, se refirió a Gerardo Hernández, uno de los cinco cubanos presos por espionaje en Estados Unidos: sostuvo que esta semana su salida de una celda de castigo fue «un hecho que no se había producido en 12 años de implacable odio del sistema contra Cuba».