A buenos entendedores, pocas palabras. La cúpula de la Iglesia pidió ayer que «los poderes del Estado, de acuerdo a su naturaleza, actúen respetando su legítima autonomía», y se deje de lado la «confrontación permanente».
A través de un comunicado, los obispos advirtieron que «la celebración del Bicentenario merece un clima social y espiritual distinto al que estamos viviendo».
«Urge recrear las condiciones políticas e institucionales que nos permitan superar el estado de confrontación permanente que profundiza nuestros males», enfatizaron los obispos que integran la Comisión Permanente del Episcopado.
La Iglesia consideró que se requiere «una actitud de grandeza de parte de todos los argentinos, en particular» de los «dirigentes». Y los propios obispos no se excluyeron de ese diagnóstico: «también nosotros, como pastores, nos sentimos interpelados por esta situación y no nos excluimos del examen de conciencia que se debe hacer», explicaron.
Además, advirtieron que «es el momento de privilegiar la sanción de leyes que respondan a las necesidades reales de nuestro pueblo».