El programa del Presidente electo promete respetar a rajatabla los contratos ya asumidos, desregular el mercado mediante la quita del monopolio de Cammesa sobre la distribución de energía, y la unificación del ENRE y Enargas para simplificar y eficientizar el sistema.
A partir del 10 de diciembre comenzará una oleada de reformas para transformar la economía argentina y liberar sus fuerzas productivas. El presidente electo Javier Milei se prepara para el lanzamiento del plan energético más ambicioso de los últimos 30 años, apuntando a garantizar un boom exportador que sea capaz de volver a equilibrar la balanza de exportaciones e importaciones de energía como ocurrió en la década de 1990.
El programa será lanzado bajo la tutela de Eduardo Rodríguez Chirillo, junto con un equipo de colaboradores y especialistas vinculados al sector energético. La mayor parte del equipo de Milei fueron exfuncionarios de la administración de Carlos Menem, en cuyo Gobierno se alcanzó el récord de producción petrolera más importante de la historia del país en el año 1998.
El primer punto del programa es la desregulación del sector energético argentino, y la simplificación de la estructura burocrática del Estado. A estos efectos, Milei impulsará la fusión entre el ENRE y Enargas, los dos entes reguladores para la electricidad y el gas respectivamente. Esto permitirá un manejo más sencillo del sistema, así como el ahorro de costos administrativos innecesarios.
El nuevo Gobierno buscará eliminar la brecha entre el precio doméstico de los combustibles y el precio internacional, de forma gradual. Esto permitirá generar los incentivos necesarios para maximizar la producción nacional y poder exportar a otros países.
Se trata de una condición fundamental sin la cual resulta imposible el desarrollo de Vaca Muerta y el retorno al equilibrio del saldo de la balanza energética. Se dejará de intervenir discrecionalmente en los precios internos.
En la misma línea, el Gobierno de Milei dispondrá de una rápida quita de retenciones sobre todas las exportaciones de petróleo y gas. Hasta ahora, el Gobierno solo había permitido la eliminación del 8% de retención sobre las energéticas con un tope del 20% de su producción nacional. Este tope será desarticulado, y las retenciones serán eliminadas.
Como explicó en su discurso de apertura, Milei prometió respetar todos y cada uno de los contratos que el Estado ya asumió con empresas privadas. En este sentido, los contratos del llamado Plan Gas serán respetados a rajatabla como fueron consignados hasta el año 2028, danto plena certidumbre a las empresas que participaron e invirtieron en los mismos.
El proceso de desregulación del mercado plantea modificar el rol que tiene la empresa Cammesa dentro del sistema. Las firmas generadoras privadas podrán comercializar libremente con las empresas distribuidoras como Central Puerto, Pampa Energía, YPF luz, Albanesi, Enel, sin intermediarios, sin mayores regulaciones y sin monopolios legales. Esto permitirá abaratar los costos innecesarios y eficientizar el funcionamiento del sistema.
Con estas condiciones de partida, y en un marco atractivo para la inversión privada en Vaca Muerta, el panorama energético del país luce verdaderamente optimista para los próximos años. Argentina podrá aprovechar la colocación de petróleo y gas en los mercados internacionales, justo antes de que las mejoras tecnológicas y la transición energética impidan poder hacerlo.