Dirigentes y militantes peronistas despidieron el sábado a Carlos Juárez, muerto el viernes a los 93 años de un paro cardiorespiratorio. Quien fuera gobernador de Santiago del Estero en cinco períodos, recibió todos los honores pese a haber quedado envuelto en más de un proceso judicial.
Reconocido como el caudillo histórico del Justicialismo santiagueño, Juárez fue velado en el edificio de la delegación local de la CGT, hasta donde se acercaron cientos de seguidores y se escucharon sentidos discursos. Más tarde, un multitudinario cortejo fúnebre acompañó los restos hasta el cementerio privado Parque de la Paz, donde fue enterrado.
Carlos Juárez comandó los destinos de Santiago del Estero durante cinco décadas. Ganó cada una de las elecciones en las que se presentó – fue cinco veces gobernador – y digitó las candidaturas de quienes tomaron su lugar. Ayer recibió los honores oficiales con una guardia de Los Patricios Santiagueños y la Banda de Música de la Policía de Santiago del Estero.
En su vida política, el caudillo se enfrentó a más de una polémica. Fue procesado por la desaparición de 14 personas en la década del ’70, causa por la que estuvo detenido un tiempo y después se lo benefició con prisión domiciliaria; más tarde la Justicia lo declaró inimputable por senilidad. También enfrentó cargos de malversación de fondos, y en 2004 su hombre de máxima confianza, Musa Azar, quedó involucrado en el llamado «doble crimen de La Dársena», hecho que le costó la intervención de la provincia a su mujer, por aquél entonces gobernadora.