Lucas Rebolini Manso estuvo dos veces internado en el Hospital Fernández el 6 de febrero último, cuatro días antes de su muerte, ya que tras un primer ingreso en esa medianoche, escapó y una hora después aproximadamente fue ingresado nuevamente por una ambulancia del Same al nosocomio tras sufrir una «psicosis tóxica», según fuentes del hospital.
La subdirectora del Hospital Fernández, Angélica Martín, confirmó esta mañana, durante una conferencia de prensa, que Rebolini Manso había ingresado a las 0.45 al centro de salud con un cuadro de intoxicación, y escapó a los 15 minutos.
A partir de esta situación, el SAME salió a buscarlo y lo ubicó una hora más tarde en Castex y Salguero en el barrio porteño de Palermo, semidesnudo y gritando, por lo que fue trasladado con la participación de la policía, a ese centro de salud, donde falleció cuatro días después.
Martín precisó que la información que podía brindar era «limitada, porque hay una causa judicial abierta».
Dijo que Lucas Rebolini «ingresó con una psicosis tóxica», y que «en esas circunstancias no hay posibilidad de diálogo, convencimiento ni intercambio».
La médica añadió que cuando el joven se escapó del hospital, las autoridades del nosocomio pidieron la actuación de la policía para ubicarlo, y destacó que frente a un caso de psicosis tóxica es «necesario la fuerza de cinco hombres grandes para que lo coloquen en forma horizontal y luego medicarlo».
Una vez internado nuevamente en el hospital «se le da anestesia general y se lo conecta a un respirador», explicó Martín