Con Massa llegan otros 4 años de tarifazos: En los últimos 17 meses la luz subió un 280%, el gas más de 113% y el aumento del agua superó el 700%

Se trata de una serie de desequilibrios acumulados en el Banco Central, el Tesoro y las obligaciones de las empresas argentinas con proveedores en el exterior. Todo esto implica un costo económico y social severo para el país después de las elecciones.

El resultado de los 16 meses de gestión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía siguen dejando bombas que estallarán en diciembre, sea cual sea el resultado de las elecciones del próximo domingo. El candidato del kirchnerismo generó una catarata de desequilibrios que precipitarán una feroz devaluación en los meses subsiguientes.

Según estimaciones de los economistas Luciano Laspina y Fernando Marull, dos de los profesionales más consultados en el país, la magnitud de los desequilibrios que deja Massa asciende a los US$ 83.500 millones, y los cuales se explican por tres fuentes principales: el Banco Central, el Tesoro, y las obligaciones postergadas de las empresas privadas con agentes en el exterior.

La primera bomba de tiempo se corresponde con la pésima situación que deja el kirchnerismo en el Banco Central. Las reservas netas superaron un rojo de US$ 10.000 millones, para fin de año el déficit podría llegar a los US$ 11.000 millones de acuerdo a estimaciones optimistas, aún incluyendo la participación del swap con China (ampliado dos veces en la gestión de Massa).

Actualizo Deudas que deja el 4to Kirchnerismo. @LaspinaL

1. Reservas Netas Negativas: subio a U$S11 mil millones
2. Dólar Futuro: bajó a U$S4.5 mil millones

Total: U$S83500mm.
Incluye BCRA + Tesoro + Empresas

Recorda: Siempre alguien termina pagando la cuenta.

VOSSS pic.twitter.com/Koo57avXrb

— Fernando Marull (@FernandoMarull) November 4, 2023

Por otra parte, el costo para el Banco Central por las ventas de Dólar Futuro y por las obligaciones negociables atadas al dólar (el llamado dólar Linked) asciende a una suma de US$ 6.500 millones, incluso superando al desequilibrio que había dejado la gestión de Cristina Fernández de Kirchner en diciembre de 2015.

Desde el punto de vista del Tesoro la situación es igual de crítica. El Gobierno ofreció un seguro de cambio (similar al que adoptó la dictadura en 1982) que generó un costo adeudado por US$ 20.000 millones con inversores privados, y el juicio por la expropiación de YPF efectuado por el fondo Burford podría costarle al país hasta US$ 16.000 millones. 

Dada la pésima posición de reservas del BCRA, no hay manera de afrontar estas obligaciones sin antes lanzar un plan de estabilización creíble que pueda reanudar la acumulación de divisas.

Paralelamente, el cepo cambiario y las restricciones para acceder al dólar oficial están provocando estragos en el frente externo. La deuda comercial del Banco Central por obligaciones de empresas argentinas con sus proveedores en el exterior ya escaló a más de US$ 54.000 millones, de los cuales al menos US$ 22.000 millones se encuentran por encima de flujo normal que tienen estas operaciones para el BCRA (tomando el promedio de los últimos 10 años).

Se trata de una cantidad de deudas pendientes que las empresas argentinas no pueden cancelar con sus proveedores externos, no porque no quieran, sino sencillamente porque el BCRA no les permite acceder al dólar para efectuar la operación. Muchas de estas deudas se corresponden con insumos estratégicos y de vital importancia, incluso en el sector de la salud. 

El sistema SIRA de Sergio Massa institucionalizó la corrupción, y cada vez más empresas denuncian el pedido de coimas millonarias para habilitar el ingreso de mercadería al país.

Por otra parte, el cepo cambiario de Massa también bloqueó el envío de dividendos al exterior por un monto de US$ 8.000 millones, alentando que cada vez más empresas multinacionales decidan abandonar sus operaciones en la Argentina, retrotrayendo sus inversiones y destruyendo miles de puestos de trabajo potenciales.