Con Massa en el Ministerio de Economía, el salario real cayó al nivel más bajo de los últimos 16 años

La remuneración promedio de una persona ocupada ya es más baja que la que hubo durante la década de 1990. Y medido en dólares constantes, el salario cayó al umbral más bajo desde la hiperinflación de 1989. El deterioro del poder adquisitivo de los ingresos es actualmente la principal causa explicativa detrás del aumento de la pobreza.

Pese al discurso de los economistas del oficialismo, el nivel de los salarios no sólo acumuló una fuerte caída durante los 4 años de gestión de Alberto Fernández y Sergio Massa, sino que además retrocedió al nivel más bajo en décadas medido en términos reales. Los pesos cada vez alcanzan para comprar menos bienes y servicios, por lo que el valor del trabajo se deteriora.

A partir de la medición de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), que captura los salarios de los trabajadores del sector formal (privado y público), el salario real cayó oficialmente al nivel más bajo de los últimos 16 años.

El salario real se desplomó un 30% desde mayo de 2013, un 6% en comparación con diciembre de 2019 (desde la vuelta del kirchnerismo al poder), y acumuló una caída superior al 8% en términos reales desde que Sergio Massa asumió el Ministerio de Economía, más que compensando el ligero aumento registrado durante la gestión del exministro Martín Guzmán.

La mayor parte de la caída del poder adquisitivo de los salarios durante la administración de Massa se produjo desde el shock devaluatorio de agosto, acumulándose un derrumbe del 8,5% con respecto al valor del salario real de julio. Con esta nueva caída, los salarios ya pueden comprar menos bienes y servicios en comparación a lo que rendían en diciembre de 2001.

Si se analiza el Índice de Salarios que mide y publica el INDEC, la caída salarial es aún mayor porque ya no solo se tienen en cuenta a los trabajadores registrados, sino también al enorme sector informal que afecta a más del 36% de los asalariados y a casi la mitad de los empleados en la Argentina.

Todas las métricas salariales se deterioraron sin ninguna excepción a lo largo de la gestión de Sergio Massa, y en particular en los últimos 4 años de administración kirchnerista. La recuperación salarial prometida jamás apareció. La inflación devoró todos y cada uno de los aumentos pactados en paritarias, así como también las sumas fijas que Massa autorizó en el mes de septiembre. Nada fue suficiente para compensar el aumento de los precios.

El economista ultra-oficialista Daniel Schteingart trató de mostrar una supuesta recuperación salarial sin precedentes desde el año 2003, y afirmó que el poder adquisitivo de los salarios actuales resulta hasta un 45% superior que en la década de 1990, pero sus resultados fueron rápidamente cuestionados y deslegitimados.

En este sentido, el economista Luciano Cohan, ex Subsecretario de Programación Macroeconómica y vinculado a la Consultora Ecolatina, desmintió públicamente a Schteingart mostrando los errores (abiertamente intencionales) en los que incurre para llegar al resultado que prefiere mostrar.

La afirmación es falsa por 3 razones

1. Es salario bruto, no neto. Desde los 90s subieron muchisimo los impuestos sobre el trabajo

2. Los trabajadores formales privados son un % cada vez menor y mas rico los trabajadores y

3. hay que restar la inflacion intramensual https://t.co/chB3tCSArb

— Luciano Cohan (@LucianoCohan) November 16, 2023

En primer lugar, al computar los ingresos brutos y no los netos de impuestos, se omite completamente la participación creciente de los impuestos al trabajo en los últimos 20 años. Por otra parte, como la proporción de asalariados privados disminuyó en relación al total de los empleados (ganó participación el sector público, el trabajo informal y el trabajo por cuenta propia), esto hace que la mediana de los ingresos que se computan sea sobre deciles cada vez más altos. También se omite la inflación intra-mensual de la serie de datos.

Queda en evidencia que, bien medido, el salario real es aún más bajo del que había en el año 2001 y durante la década de 1990. Asimismo, si el salario se lo midiera en términos de poder de compra de dólares constantes, se llegaría al resultado más bajo desde la hiperinflación de 1989. Esto se debe fundamentalmente a la profunda devaluación de la moneda en los últimos años, y el mayor tipo de cambio real compatible con una macroeconomía completamente desorganizada.